DualiDAD/polariDAD
¿CUAL ES LA DIFERENCIA ENTRE
LA DUALIDAD Y LA POLARIDAD?
Hay un concepto que se encuentra al centro de nuestra relación con mundo externo, el cual, al revisar el proyecto, caigo en la cuenta de la importancia de incluirlo: la diferencia entre lo que es la dualidad, y lo que es la polaridad. A priori, esto puede aparentar no estar relacionado con el tema, sin embargo te invito a leer el texto, y espero coincidas con mi forma de verlo. Repetiré en diversas formas lo que quiero transmitir, ya que lo ubicuo del asunto lo hace difícil de comprender, pido paciencia al lector.
La primera consideración es la noción de 'luz'. Su planteamiento proponía que los organismos acuáticos que nos antecedieron, dependían del sol para sobrevivir. Sin luz no es posible la fotosíntesis, y con ella, la vida.

Este significado de la luz, con el tiempo, permaneció como fuente de vida al desarrollarse organismos mas complejos,  conservando su conexión a una función biológica.
A medida que el proceso continúa, eventualmente apareciendo los homínidos, esta noción relativa a la luz como una 'fuente' de vida se mantiene, pero con la salvedad de que los animales si podrían sobrevivir en la oscuridad. La luz aún no tiene su carácter de positividad o de ser 'buena' (en contraposición con 'la obscuridad'), simplemente propicia la vida.

En otras palabras, hablamos de una polaridad, la luz es la ausencia de obscuridad, lo opuesto a ella, sin más, son cualidades físicas, sin valor moral. Y ambas integran una totalidad, equivalentes a positivo y negativo, sin una de las dos, la unidad no existe.

Vesica Piscis

Además, estos atributos crean equilibrio y (a diferencia de la relación dual) proporcionan la dinámica que la vida requiere para desarrollarse y diversificarse, la ausencia de uno significa la ausencia de vida. Su cualidad es no-dual, sino polar, porque juntos crean esta unidad.
Aparentemente, con el tiempo, esta relación entre luz y obscuridad, se convierte en una analogía con los conceptos del 'bien' y el 'mal', que son propiedades de carácter moral no ƒísico.
Esta polaridad cambia, a ser una dualidad, en la que la idea de Unidad indivisible, se pierde y ahora, tenemos que escoger uno de los dos valores en oposición.
Por qué hago incapié en esto? Porque con este giro, la obscuridad se asocia con la maldad, lo indeseable, lo perverso, y optar por ella, bajo el nuevo esquema, claramente es cuestionable, cuando antes, bajo la relación de polaridad, no lo era.
Que implicaciones tiene esto? Con qué se asocia esta permutación?
Creo que las respuestas a estas preguntas están relacionadas con las emociones. A partir de este momento, hay un valor moral, el cual tiene un efecto emocional en ti, y la clave está ligada a tu comportamiento.

LAS EMOCIONES
Si yo puedo controlar la forma como tu te sientes cuando realizas una acción, tengo dominio sobre tí. Si puedo convencerte de que debes sentirte culpable por algo que hiciste, he logrado hacerte sentir algo que corregirá tu comportamiento, transfiriéndote el papel de vigilarte a ti mismo. Y la brújula para hacerlo son tus propias emociones. A partir de entonces, esta regla moral estará en tu mente, porque es tu propio sentir lo que ejerce la medida correctiva.
A partir de este principio, ya sea conciente o inconcientemente, padres y profesores nos han educado para aceptar siempre esta necesidad de elegir. Haciendo difícil quedarnos en el medio sin hacerlo, siempre tenderemos a buscar la respuesta 'correcta' de acuerdo a los canones sociales, y esto se determina en función de cómo te sientas optando por uno y rechazando al otro. Así que ahora, la dualidad ha quedado firmemente emplazada.
Ya he comentado sobre la idea de que, desde el punto de vista de la polaridad, el bien y el mal son sólo aspectos de la Unidad, a la compasión le corresponde la ausencia de compasión, a la belleza la ausencia de belleza, a la generosidad la avaricia, etc.; pero ninguno de estos atributos tiene un principio moral, hasta que les adjudicamos uno (como ser 'correcto' o 'incorrecto', esto es 'bueno', eso es 'malo'), son solo un fragmento de lo Único del cual todos somos parte. ¿Puedes ver la diferencia?
Y este ejercicio de libertad de elección, es de lo que se trata esta realidad tridimensional, para eso estamos aquí, hasta que descubramos a lo largo de la vida, o muchas, que una opción trae paz y la otra miedo.
Lo sé, puedes estar pensando, ¿estás bromeando? Con tanta 'maldad' que hay en el mundo... ¿cómo puedes decir que no está 'mal'? Aquí es donde entra el juicio.

Nos hemos acostumbrado a juzgar, tanto, que no nos cuestionamos hacerlo. Pero esta práctica, este procedimiento de SÍ o NO que describí anteriormente, tiene consecuencias en la forma en que el mundo se manifiesta para cada uno de nosotros. Se crea en base a ello (ver la Historia de la Abeja en el Texto dos), la proyección crea percepción.
Al elegir uno de los opuestos, estamos alimentando una disputa perpetua llamada: DUALIDAD, la cual nunca se resuelve.

De Stefano menciona: a medida que nos esforzamos por ser 'buenos' (lo que la sociedad nos ha condicionado a 'ser'), o cuanto más buscamos 'la luz', más negamos la oscuridad dentro de nosotros, hipercargándola con poder, lo cual explica el estado de nuestro mundo actual.

Esto equivale a decir 'No tengo mano derecha', o 'Solo soy un hombre', no existen cualidades femeninas en mí. Todos somos una mezcla de polos encontrados, no existe nada que tenga solo una de las dos cualidades. Todo frío tiene algo de calor, toda luz tiene algo de oscuridad, es solo una cuestión de grado y, y mas allá de esto, esta ecuación siempre es dinámica y cambiante.

Heroes y villanos, 2021

Como vimos en los Mapas, un héroe es un villano en otra historia, el que puede parecer rico en un contexto es pobre en otro. ¿Te das cuenta cómo esta forma incuestionable de valorar todo lo que vemos y experimentamos, está lejos de ser un modelo que nos ofrece opciones para aceptarnos con nuestros verdaderos componentes? Es patológico, porque niega lo que verdaderamente somos, y el resultado es su proyección al exterior.
Y esta negación de la cualidad 'no deseada', tiene tal poder, que nos llega por atrás y nos derriba. Al impedirnos darnos cuenta de que estamos condenando una parte nuestra, no reconocida, que también vive dentro, sentimos miedo y vergüenza; es como vivir con un enemigo que puede surgir en cualquier momento y expresarse, como el Dr. Jekyll y el Sr. Hyde.
Ir en la dirección opuesta, la exploración 'del mal' produce resultados similares, pero tampoco es sostenible, ni trae la deseada experiencia de la paz, oscilando dentro de la emocionalidad de esta díada creada artificialmente, como un péndulo sin descanso.
Piensa en este ejemplo: 'Estoy siendo bueno', 'estoy siendo malo'... inmediatamente aparece la emoción asociada a cada una de las dos: una enaltece, la otra condena, y esta dinámica, siempre nos hace correr hacia algo,  o lejos de algo.
Vale la pena mencionar cómo esta mecánica se desarrolló en mí cuando era niño. A medida que crecí, aprendí que comportarme de manera que me hiciera 'adorable' para mis padres era lo que debía hacer. Hacer que se sientan orgullosos de mí, no causarles molestias, portarme 'bien'... los 'otros' rasgos de mi personalidad, el egoísmo, la insensibilidad, la sexualidad, el miedo que me violentaba o enojaba, quedan relegados a un rincón al cual no 'debo' darle mi atención, no reconocido y sancionado. Todo ello seguía siendo 'yo', excepto que no podía mostrarlo a nadie.

Aquello que resistimos, persiste.
Entonces, quisiera preguntar, si la mayoría de nosotros fuimos criados así, ¿a dónde se va todo este material?
Solo basta mirar el mundo en el que vivimos, es el hijo de nuestro inconciente colectivo.
 No es de extrañar que todas estas emociones, rechazadas e inexploradas a lo largo de nuestra infancia, hagan acto de aparición en el momento menos esperado, no pocas veces suponiendo una amenaza, para nosotros y para los demás. Es el reconocimiento y la aceptación de estos principios antagónicos dentro de nosotros, como polaridad, no como dualidad, y sin juicio, lo que puede invitar a una resolución interna, abriendo espacio donde no lo había antes.
Es entonces, y sólo entonces, que podremos ver esa aceptación reflejada, y proyectada en nuestra realidad externa.

Polos, 2014

Soy de la idea de que esto es a lo que vinimos aquí, a explorar, a ser humanos y, eventualmente, cuando dejemos de ser humanos, egoístas, infantiles, incluso violentos, podremos 'ver la luz' y tomar una dirección diferente, porque se siente bien hacerlo, no porque tengamos que hacerlo. Es entonces que la tiranía del juez interiorizado puede comenzar a perder su poder.
Pero antes de que esto se pueda convertir en una opción, es necesario explorar y aceptar nuestra oscuridad (que puede durar toda una vida). Una vez habiendo examinado las polaridad, posiblemente nos sea mas fácil, relacionarnos con la oscuridad de los demás, su dolor, su crueldad y el miedo implícito en su insensibilidad.
Me atrevo a decir que todos buscamos la misma paz interna, pero esta paz difícilmente puede provenir de alguien que no se ha permitido explorar un rango mas completo de la experiencia humana ; sondear los niveles inferiores, y el dolor eventual que esto puede acarrear consigo, constituye el camino que eventualmente nos podrá llevar a esa luz. Es la posibilidad de elegir, que hace probable el crecimiento hacia la madurez espiritual.
Sin embargo, hemos aprendido que ejercer esa elección es 'malo', debiendo mantenernos dentro de lo aprobado socialmente. Entonces, yo pregunto: ¿cómo podemos entonces madurar?
Antes de que el Buda pudiera realizar su ministerio, tuvo que salir al mundo y ser humano, con todo lo que eso significa,
vivir lo 'bueno' y, seguramente, lo 'malo'; salir de su estupor y despertar.
Milarepa fué un asesino quien, despues de tomar conciencia de sus actos, atraviesa un doloroso proceso de arrepentimiento, antes de alcanzar el estado de iluminación.
No creo en el karma, como comúnmente se entiende el término, pero sí creo en la reencarnación, y en lo que se conoce como la 'entrevista entre vidas', un evento que tiene lugar después de que dejamos nuestro cuerpo al final de 'una' vida. En él, nuestro aspecto etéreo, tiene un encuentro con protectores/ángeles/entidades sabias, en el que evaluamos lo aprendido previamente durante la vida que acabó, y hacemos un contrato para nuestra próxima vida, en base a lo que aún nos queda por aprender.
Si exploré la crueldad y la deshonestidad, teniendo relaciones abusivas, haciendo trampa y dañando a otros, en mi próxima vida experimentaré, en carne propia, el resultado que mis acciones engendraron a otros; así, eventualmente tendremos ambas experiencias.
Para cuando hayamos terminado con nuestros ciclos de reencarnación, decenas o centenas de vidas, tendremos una imagen completa de lo que es ser humano.
Por supuesto, el contenido de la 'entrevista' se olvida en el momento en que encarnamos en nuestra nueva vida.
El modelo de la entrevista me parece un modelo justo a seguir, e intuitivamente escojo creer en él.
1. La proyección da lugar a la percepción.  El mundo que ves se compone de aquello con lo que tú lo dotaste. Nada más. Pero si bien no es nada más, tampoco es menos. Por ende, es importante para ti. Es el testimonio de tu estado mental, la imagen externa de una condición interna. Tal como el hombre piense, así percibirá. No trates, por lo tanto, de cambiar el mundo, sino elige más bien cambiar de parecer acerca de él.  La percepción es un resultado, no una causa.  Por eso es por lo que el concepto de grados de dificultad en los milagros no tiene sentido. Todo lo que se contempla a través de la visión es sano y santo. Nada que se perciba sin ella tiene significado. Y donde no hay significado, hay caos.

2. La condenación es un juicio que emites acerca de ti mismo, y eso es lo que proyectas sobre el mundo. Si lo ves como algo condenado, lo único que verás es lo que tú has hecho para herir al Hijo de Dios.  Si contemplas desastres y catástrofes, es que has tratado de crucificarlo.  Si ves santidad y esperanza, es que te has unido a la Voluntad de Dios para liberarlo. Éstas son las únicas alternativas que tienes ante ti. Y lo que veas dará testimonio de tu elección y te permitirá reconocer cuál de ellas elegiste. El mundo que ves tan solo te muestra cuánta dicha te has permitido ver en ti y aceptar como tuya. Y si ése es su significado, el poder de dar dicha tiene entonces que encontrarse en ti.

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