Un atlas fotográfico de las misiones de la Alta y Baja California

Opuntia (Nopal), Misión de Dolores, San Francisco, California.
Una invitación
A la exploración de nuestra mente como Bosquejo para nuestras vidas
Una nueva configuración de lo que fue, reintegrado, transformado, enriquecido en su camino hacia una mayor identificación con lo intangible y menos con su materialidad.
Este proyecto se inició como una exploración de la relación entre los misioneros y los grupos de nativos americanos de California. Considero que todos —tanto los descendientes de los pueblos originarios como los de ascendencia europea y, por tanto, el tejido multicultural que se dio —compartimos nociones y valores porque todos somos humanos, y que este legado podría ser investigado a través de un enfoque visual, buscando superposiciones de lo que hay en común.
Este proyecto se inició como una exploración de la relación entre los misioneros y los grupos de nativos americanos de California. Considero que todos —tanto los descendientes de los pueblos originarios como los de ascendencia europea y, por tanto, el tejido multicultural que se dio —compartimos nociones y valores porque todos somos humanos, y que este legado podría ser investigado a través de un enfoque visual, buscando superposiciones de lo que hay en común.
La idea es explorar esta urdimbre. Rápidamente, me di cuenta de que mi tesis sobre el traslapo entre el mundo de los grupos étnicos y el de los misioneros no era lo que pensaba, y de que mi interés residía en explorar las formas de pensamiento como un vehículo de transformación.
Mi investigación introductoria sobre las cosmologías nativas americanas y la franciscana —la dolorosa historia de las tribus originales de California y los colonizadores españoles y estadounidenses— me ha llevado a considerar las formas en que la sociedad perpetúa esas dinámicas, que se proyectan hacia futuro a través de nuestros propios pensamientos, los cuales nos llevan a la creencia de que somos diferentes...
Mi investigación introductoria sobre las cosmologías nativas americanas y la franciscana —la dolorosa historia de las tribus originales de California y los colonizadores españoles y estadounidenses— me ha llevado a considerar las formas en que la sociedad perpetúa esas dinámicas, que se proyectan hacia futuro a través de nuestros propios pensamientos, los cuales nos llevan a la creencia de que somos diferentes...
Los pensamientos se convierten en “cosas”.
La trivialización de la violencia realmente ha tomado un nivel alarmante, en particular a través de los medios, las películas y las noticias que nos rodean, los cuales nos ha hecho cada vez más tolerantes a ella; lamentablemente, son manifestaciones de lo que hay detrás, son la punta de un iceberg. Hay mucho que debería cambiar. El genocidio ha sido una parte recurrente en el registro histórico de la humanidad. Las misiones colaboraron en la erradicación de las culturas indígenas, un proceso que continúa acentuándose hasta el día de hoy. Los nobles principios crísticos que dieron origen a la gigantesca institución fundada en ellos fueron secuestrados por poderosos intereses internos y externos. Valores, inculcados y profesados por seres de conciencia superior y hombres sabios a lo largo de la historia (también presentes en las creencias franciscanas), fueron ignorados, dando paso al dominio y a la subyugación, marcas registradas de la expansión colonial.
El Curso de milagros dice: “Lo que no es amor es siempre miedo…”[1]
El Curso de milagros dice: “Lo que no es amor es siempre miedo…”[1]
Esta iniciativa de entablar contacto con el “otro” abrió una caja de Pandora para mí. La idea de honrar a la comunidad nativa americana, de “pedir permiso” a nivel energético, se volvió imperativa, lo que me llevó a contactar a un querido amigo y profesor, John Malloy. John tiene un fuerte vínculo con diversas comunidades marginadas y ha trabajado extensamente con jóvenes, muchos de los cuales forman parte de minorías raciales y/o se encuentran vinculados con centros correccionales para menores.
“Quien controla el pasado, controla el futuro; quien controla el presente, controla el pasado.”
George Orwell
La idea de que nuestro entorno mental crea nuestra experiencia física es una propuesta sostenida desde hace mucho tiempo por escuelas de pensamiento místico y espiritual. Llamar la atención sobre el acto de pensar y el uso del lenguaje como fuerzas creativas es el núcleo de mi proyecto. En otras palabras, explorar los contenidos de la mente como modelo para nuestras vidas.
¿Cómo se hace esto?
¿Dónde pongo mi atención? En eso consiste el uso creativo del lenguaje y del pensamiento. Aquello en lo que pienso y a lo cual dedico mi observación se expande y se propaga. Leer las noticias y lo que siento asociado con ellas multiplicará una de estas dos emociones: amor o miedo. Piensa por un momento... Constantemente, a lo largo del día, escogemos entre una u otra opción, ya sea en forma consciente o inconsciente, un SÍ o un NO. Al escoger qué comer, un color, al escuchar a alguien hablar, etcétera.Poner atención a ese proceso de escoger lo que queremos es el primer paso hacia la conformación del futuro que deseamos, y cómo nos sentimos es nuestra guía; la idea es arrojar luz sobre ese preciso instante a lo largo de nuestro día: el momento en que decimos SÍ o NO.
El proceso nos mostrará que la urdimbre que emerge como resultado de cada una de esas decisiones nos conforma, y cuando lo que las determina es una sucesión de disyuntivas relativamente inconscientes, el resultado final (el futuro) será determinado por el pasado porque eso es lo que nuestra mente nos ofrece de forma automática. Hay quien dice que sólo vemos el pasado.
El proceso nos mostrará que la urdimbre que emerge como resultado de cada una de esas decisiones nos conforma, y cuando lo que las determina es una sucesión de disyuntivas relativamente inconscientes, el resultado final (el futuro) será determinado por el pasado porque eso es lo que nuestra mente nos ofrece de forma automática. Hay quien dice que sólo vemos el pasado.
Dicho de otra forma, cuando permitimos que los recuerdos se repitan, intactos, en el presente, esa atención los proyecta hacia adelante en el tiempo. La propuesta trata de revisar ese giro, generalmente poco cuestionado, de reparar en los acontecimientos en el momento en que las ideas se forman en nuestra mente.
El verdadero reto es, primero, considerar que somos capaces de ofrecernos a nosotros mismos una historia alterna, diferente a la que ha sido parte de nuestra identidad, y, segundo, anteponer esa idea de cambiar lo que ya no deseamos a nuestra propia identificación con esos contenidos y los sentimientos que se desencadenan a través del recuerdo: ir mas allá del hábito de ser uno mismo.
Nuestra relación con los demás es parecida; es decir, transformarla requiere desear un resultado diferente y el esfuerzo de ralentizar el proceso. Una vez que tomamos conciencia de aquello que nos resulta insatisfactorio, podemos comenzar a explorar cómo cambiar los programas que nos rigen. Cabe mencionar que la interacción social permite vislumbrar las formas de pensamiento que compartimos con la mayoría, con frecuencia gobernadas por la autoprotección y la supervivencia.
Es posible invocar un futuro diferente al pasado siempre y cuando nos mantengamos conscientes y comprometidos a efectuar un cambio.
Hay prácticas planteadas por místicos y sabios a lo largo de la historia, que de forma inherente nos dirigen hacia esa paz interna, entre ellas el perdón, el respeto por otras formas de vida o la abstención de juicio.
Este proyecto consiste en una invitación a comprender y aceptar nuestra propia astilla de responsabilidad en la creación y destrucción de nuestro mundo.
[1] Schucman, Helen, (1976) Un Curso de Milagros, Foundation for Inner Peace, T-15.X.5-9
.:.
Transmigración de la Ruina se ha llevado a cabo con la generosa ayuda del Sistema Nacional de Creadores SNCA, organismo de promoción de la cultura del Gobierno de México.
